mi casa 1 – la casa rosa
La casa de mi infancia había estado en manos de familiares desde hace unos cien años y era un encantadora. Era grande y construido en dos alturas. Además, tenía un ático, un sótano, y tres terrazas, una que se dio a la cocina y las otras dos a los salones en el frente de la casa.
Uno de mis lugares favoritos era el ático que estaba lleno de curiosidades actuales y del pasado. Mis hermanos y hermanas, ya mayores de edad y que no habitaban en la casa, habían ocupado el ático como su
“almacén de por si algún día” – maletas, equipo deportivo, juguetes olvidados y cajas con quien sabe qué.
Había también 2 ó 3 baúles antiguos con fotos, cartas y curiosidades, pertenencias familiares de tiempos pasados.
También era el almacén de adornos y complementos de la casa en festividades anuales de mi madre. Ella adornaba la casa con cualquier pretexto y tenía de todo. Adornos para la Navidad, el día de San Valentín, la Pascua, el día de San Patricio, el día de la Independencia, y muchos más. Los adornos eran un poco de todo de lo típico a lo ridículo, por ejemplo, hermosos huevos de cristal (la Pascua) y manteles de arco de iris con tréboles verdes (San Patricio). Cajas, cestas y bolsas, la mayoría con los contenidos etiquetadas, o si no, cada cosa tenía su lugar, por ejemplo, el rincón de adornos para “Halloween”.
Me encantaba pasar horas allí jugando, inventando historias imaginarias, viajando por el tiempo, o simplemente fisgando en las cajas de mis hermanos y hermanas. Todo estaba amontanado de tal manera que parecía un laberinto. Cuando llovía, a veces me resguardaba allí para escuchar el canto de la lluvia sobre el tejado.
Otro día te cuento sobre el sótano donde patinaba a ruedas y otras cosas más.