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Acabo de empezar un nuevo curso de teatro y escritura, qué buena combinación para mí, puedo mejor apoyar mi payasa con destrezes nuevas y no solo depender de su magia. Esa podemos reservar para compartir con nuestro público y amistades.

No he publicado ficción en mi blog antes, así creo que es momento preciso para hacerlo. Expandir horizontes y habilidades.

La tarea fue escribir el mismo cuento de dos perspectivas diferentes.


La reunión – Natasha

“Pero pensé que tú lo enviaste. ¿Por qué la enviaría yo? Tú eres la que encontró la convocatoria y me enviaste los apuntes iniciales. Tú fuiste la lectora cero de la última revisión de nuestra propuesta. Asumí que luego la enviaste. Confío en tí, ¿ves? ni te pregunté. Y uff, también ya tenía un montón de otras cosas para hacer. Tuve que aparcar todas mis otras cosas dos días para dedicar tiempo a la propuesta. Cuando ya la terminé y te la pasé, ni la he vuelto a pensar más. ¡Tenía un montón de otras cosas para alcanzar!”

Natasha buscaba la mirada de Alicia quien había girado la cabeza para mirar a lo lejos mientras la escuchaba. Natasha se fijó en el perfil de su colega, la nariz corta, la barbilla firme y no detectaba enfado, rencor o molestia. Se sorprendió. Alicia le había contado de otros problemas que ha tenido con otras amigas y colegas de trabajo. Hasta ella misma ha reconocido que a veces puede reaccionar fuertemente.

¿Y ahora no? Pues qué alivio pensó Natasha.

“Escucha,” siguió Natasha, “escribiré al comité y explicaré el mal entendimiento en nuestro equipo. que pensé que tu la enviarías y tú pensaste que yo la enviaría. Y veremos si aceptan la propuesta. Y sí o no la aceptan, la verdad es que no creo que tuviéramos mucha posibilidad de ganar la residencia. Pero estoy súper contenta de haber escrito la propuesta. Me ha aclarado varias dudas creativas y además ya tenemos los básicos para convocatorias futuras.”

Alicia mantenía la vista hacia el horizonte y dijo “Bueno. No pasa nada. Es lo qué es. Dudo que acepten nuestra tardía propuesta pero la puedes enviar y preguntar si la van a convocar el año que viene e intentaremos otra vez.”

“Claro que sí” dijo Natasha “y el año que viene tendremos el proyecto más desarrollado y la experiencia será más fructífera” y mientras pensó guau, a mí me da igual, fue un mal entendimiento pero no puedo creer que Alicia no se haya enfadado. Qué sorpresa, qué tranquilidad.

Alicia gira la cabeza, mira a Natasha y dice, “Bueno entonces, ¿Lo has visto? Anoche te envié el guion completo. Tiene 17 paginas y me hace mucha ilusión que lo leas pronto.”

La tarea fue escribir el mismo cuento de dos perspectivas diferentes.

La reunión – Alicia

“¡¿Qué?! ¿No lo enviaste? ¿Por qué no?” exclamó Alicia. Mientras escuchaba a su compañera de trabajo se preguntó ¿Qué le pasa a esta tía? Ella hace mucha bla bla bla bla y muy pocos resultados. Además percibo que suele abandonar proyectos, que no tiene ganas para acabar las cosas. Como ahora, tuvo problemas en arrancar el primer borrador, lo dejó hasta casi la fecha limite para escribir y luego cuando hizo el trabajo, lo dejó sin terminar. ¡No lo envió! No lo puedo creer. ¿Tiene algún complejo de inseguridad? ¿O es simplemente una persona creativa que nunca termina las cosas, soplando como una cometa sin cuerda hacia aquella o cualquier otra o próxima y nueva idea?

Su corazón se cayó a su barriga. ¿Por qué siempre a mi me toca trabajar con las ñoñas como esta? Siempre está escribiendo listas, haciendo investigación. ¡Muchas palabras y pocas obras! se dijo Alicia en su cabeza y en voz alta expresó “Bueno. No pasa nada. Es lo qué es. Dudo que acepten nuestra tardía propuesta pero la puedes enviar y preguntar si la van a convocar el año que viene e intentaremos otra vez.

Alicia mantenía la mirada a lo lejos y pensó “Natasha fue la sexta persona a la que le pide hacer el proyecto. ¿Quién hubiera sido la séptima? Se dice que el siete es el número de la suerte. ¡¿Madre mía, qué voy a a hacer con esta incompetente?! Seguramente dentro de un año habrá perdido interés en lo nuestro, o si no, seguiremos enfrentándonos a estas mismas situaciones de proyectos a medio terminar, o ella tarda mucho en hacer lo que dice que va a hacer, o simplemente no lo hace.

Madre mía. ¿Qué le pasa a esta tía? Alicia gira la cabeza, mira a Natasha y dice, “Bueno entonces, ¿Lo has visto? Anoche te envié el guion completo. Tiene 17 paginas y me hace mucha ilusión que lo leas pronto.”


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